No hay que tener miedo de hablar con el médico

Hablar con el medico sobre la enuresis sin miedo

La enuresis infantil puede tener diferentes causas. El diagnóstico de un especialista permite ver las cosas más claras.

Enuresis nocturna: consultar a un especialista

La enuresis infantil puede tener diferentes causas. El diagnóstico de un especialista permite ver las cosas más claras. El pediatra es el primer punto de contacto. Una vez escuchado su consejo, los padres pueden recurrir a un urólogo si fuera necesario. Este puede arrojar luz sobre cuáles son los síntomas exactos y, en caso necesario, pautar una terapia.

Pero, ¿qué pasa realmente en la consulta del urólogo? Y, ¿qué hacer en caso de que el niño tenga miedo de ir al médico? Hay diferentes formas de prepararse para la primera visita, de manera que sea una experiencia positiva para el pequeño. De esta forma, no habrá razón para que el tratamiento no tenga éxito.

Los siguientes elementos pueden ayudar a que la visita de tu hijo a la consulta del especialista resulte más placentera: - Explica a tu pequeño lo que ocurrirá en la cita. - Leed juntos libros ilustrados sobre el tema o haced juntos un reconocimiento médico de su peluche favorito. - No exageres más de lo necesario la visita al médico. - Antes de ir a la consulta, refuerza la confianza de tu hijo: Dile que estáis juntos en esto y que podréis lograrlo. - Irradia calma y serenidad.- Entretén a tu hijo en la sala de espera con ayuda de juegos o libros, y haz que se ría.

¿De dónde proviene el miedo a los médicos?

Cuando se programa una visita al pediatra, los pacientes infantiles reaccionan con pánico en algunos casos. Cuando el facultativo empieza a realizar el examen médico, hay niños que se echan a llorar. Algunos de ellos ya expresan pavor en la sala de espera o se niegan incluso a entrar en la consulta. El miedo a lo desconocido o al dolor hace que los niños sientan desasosiego. Hay muchos padres que piensan que solo les queda una alternativa dado este caso: forzar al paciente ya ansioso a acudir a la consulta en contra de su voluntad. Pero no es necesario llegar a ese punto.

Para disipar los temores de ir al médico, es necesario examinar primero las causas de base de los mismos. ¿Por qué tener tanto miedo de una inofensiva visita al médico? En la mayor parte de los casos, la respuesta es muy simple: pura incertidumbre. Los niños simplemente no saben qué va a ocurrir cuando van al médico. De pronto se van a encontrar con un extraño en bata blanca que seguramente va a realizar exámenes desagradables. Por tanto, no es sorprendente que los niños tengan miedo o reaccionen oponiendo resistencia. Incluso los bebés empiezan a llorar cuando se sienten amenazados por el contacto de un desconocido.

Este tipo de reacción es perfectamente normal. Nuestro miedo nos ayuda a mantenernos con vida desde tiempos remotos. Cuando nos sentimos ansiosos, nuestro corazón late más rápido. Y nuestros músculos reciben más sangre, al tiempo que los bronquios se dilatan notablemente. Nuestro cuerpo intenta protegernos y prepararse por si tuviera que escapar llegado el momento. De esta manera, los niños también se defienden si un extraño les toca. Solo con el paso del tiempo los niños comprenden que el pediatra no les hará ningún daño.

¿Cómo pueden evitar los padres que sus hijos se sientan así?

En este proceso, la labor de los padres es apoyar a sus pequeños; La educación y la orientación son esenciales en este caso. Resulta muy importante explicar de antemano lo que ocurre durante la visita al médico. ¿Cómo funciona el examen médico? ¿Qué debe esperar tu hijo? Para explicar estas cosas con claridad, es conveniente recurrir a libros ilustrados o al juego simbólico en casa. Puedes utilizar un maletín médico de juguete para examinar a su muñeco u oso de peluche favorito y cuidarlo juntos. Al leer y mirar un libro con sus padres, los niños aprenden en qué consiste el proceso típico de una consulta médica. De esta forma, la próxima vez que vayan sabrán qué deben esperar.

Por este motivo, también es importante informar al niño de la cita con antelación. Así tendrá tiempo suficiente para adaptarse. Intenta no hacer un drama de la visita que se avecina, sino más bien al contrario, trata de irradiar calma y serenidad. Los niños aprenden rápidamente a adaptarse a los sentimientos de sus padres y por ello se relajarán como acto reflejo. Por otra parte, unas buenas habilidades de persuasión pueden obrar maravillas contra el miedo. Habla a tu hijo con sinceridad: ""Sé que no resulta agradable hacer una visita al médico. Pero estoy contigo y juntos podemos hacerlo y salir en un periquete"". Unas palabras reconfortantes como estas no solo hacen que los pacientes infantiles se sientan protegidos, sino que afianzan los lazos entre padres e hijos.

Una vez en la consulta, los niños se pueden distraer con juegos o libros ilustrados que haya en la sala de espera o que lleven de casa. Quizás haya en la consulta un juguete especial que tu hijo no tenga en casa. Cuando los niños se concentran en jugar, el miedo se desvanece por sí solo. El hecho de reír también ayuda a mitigar el estrés, ya que se liberan grandes cantidades de hormonas de la felicidad. Cuando llegue el turno de la consulta, los sentimientos de estrés ya no tendrán cabida.

¿Qué es lo que hace realmente un urólogo?

Para poder aliviar el miedo de tu hijo a ir al médico, es importante que conozca el proceso. Por ello, aquí os explicamos a ti y a tu hijo en qué consiste el reconocimiento médico realizado por un urólogo.

La primera cita con el urólogo suele comenzar con una entrevista. Ese intercambio de información detallada sienta las bases del examen posterior. El urólogo también hace algunas preguntas iniciales sobre la frecuencia, la cantidad y el momento de la enuresis. Asimismo, también formula preguntas sobre la defecación, dado que el estreñimiento no detectado también puede ser la causa de la enuresis. Si los síntomas son más comunes en la familia, es recomendable que lo menciones.

Disponer de un diario miccional puede tener un papel importante en esta entrevista. Los expertos lo llaman protocolo miccional. Los padres y los niños siguen este protocolo durante al menos 48 horas. Por eso el mejor momento para hacerlo es el fin de semana. Durante ese periodo se anota cuándo bebe el niño y qué cantidad de líquido ingiere. El tipo de líquidos también es importante. Asimismo, los padres anotan la hora a la que el niño va al baño y la cantidad de orina excretada. Nuestra ropa interior DryNites®, por ejemplo, también permite realizar una medición de la cantidad de orina durante la noche. Basta con pesar el calzoncillo o la braguita antes y después de su uso. La diferencia, que incluye también la primera micción de la mañana, nos devuelve la cantidad de orina excretada durante la noche.

Puedes descargar e imprimir gratuitamente el calendario de enuresis de DryNites®. En un supuesto ideal, deberías rellenarlo y llevarlo contigo a la primera cita de tu hijo con el urólogo.

Pasada la entrevista inicial, se procede al examen físico. Este consta generalmente de diferentes partes: - Se examina el abdomen del niño para identificar cualquier endurecimiento. - Se realiza una ecografía de los riñones y la vejiga. - Se analiza una muestra de orina para excluir las infecciones como causa de la enuresis. - De ser posible, el facultativo evalúa el diario miccional que le facilites. - Después de realizar estos exámenes, el urólogo puede emitir un diagnóstico claro de la causa de la enuresis en la mayor parte de los casos. El especialista analiza entonces las opciones de tratamiento posibles con los padres y el niño. Aprovecha esta ocasión para formular cualquier pregunta que sea importante para ti y tu hijo. Tómate tu tiempo para escuchar todas las explicaciones tranquilamente hasta que lo entiendas todo bien. - En nuestro sitio web, puedes obtener más información de antemano sobre este tema. En la sección ""Comprender la incontinencia nocturna"", encontrarás información de utilidad sobre el tratamiento de la enuresis

Actualizado marzo, 2023

Etiquetas: Consejos de expertos , Consejos y trucos , 3 - 4 años , 5 -7 años , 8 - 13 años

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